Cuando el Tamaño Sí Importa
1. cuando el tamaño sí importa
Como africano de nacimiento, esa imagen no debería llamarme la atención, no por la famosa leyenda del “hombre negro” y sus propiedades, sino porque es una estatua bastante común en muchas culturas africanas y no africanas. En una cultura donde es ensalzada la fertilidad y la procreación, obras de arte donde se visibilizan este aspecto cultural abunden, tanto femeninos como masculinos. La fertilidad y sus simbolismos no ofende a nadie.
Sin
embargo, cuando escuchas a una chica contar su dolor e impotencia después de
una violación o una abuso, cuando escuchas a una mujer contar su trauma y sus
problemas de salud después de una mutilación genital femenino, y escuchas opiniones tan dispares sobre lacras tan terribles como estas, uno empieza a dar
vueltas a las cosas. Sobre todo, cuando vemos y escuchamos el auto concepto de
la virilidad expresada en la pornografía y en las relaciones que la gente más
joven tiene con gente de otro sexo, empieza a preocupa todo eso de las
proporciones, y es aquí que esa imagen cobra un significado diferente.
Si no puedes caminar más rápido, ni correr más
rápido, por lo que tienes entre tus manos, entonces eres un esclavo de ello.
Si no puedes levantar la mirada, si no puedes
ver ni ayudar a los demás, debido a lo que tiene en sus manos, entonces esa
cosa es más importante para ti que cualquier otra cosa o persona.
Puede que sea un estado inconsciente, o circunstancias inevitables fuera de tu control, puede que sea una decisión consciente tuya, pero sea lo que sea, es una limitación.
En español, algún@s dicen que "…el tamaño
no importa…”.
No soy una mujer, así que mi opinión
sobre la importancia de tamaños es limitada, hace falta la versión de una
mujer, para tener una idea completa.
Sin embargo, lo que está claro es que, el tamaño
del falo en esta imagen, no solo es importante, sino que es simbólico.
Representa lo que le sucede a una persona cuando
toda su energía, su mente e inquietudes, se vuelcan en torno a la carga que
lleva entre las piernas. Cuando esto sucede, entonces tenemos un gran problema,
porque no tenemos una persona, tenemos un pene en dos patitas...
Eso sí, en realidad, no significa que la persona
lo tenga grande, ni tampoco que sea capaz de operar milagros con ello. No, no
necesariamente, solo significa que en su mente, sus mayores preocupaciones y
planes giran en torno a este único tema.
No me malinterpretes, me encanta el buen sexo. Y
todo sexo entre dos adultos que voluntariamente, conscientemente informados y
felizmente consentido se entregan a ello, es bueno, en mi opinión.
Pero esta imagen me picó la curiosidad y me puse
a dar vueltas sobre el tema: cuando el sexo se convierte en una obsesión a tal punto
que somos su esclavos, ese sometimiento no se queda ahí, nos convierte en
tiranos sexuales y en vez de tener parejas y compañeros, todos los que se nos
acercan, les instrumentalizamos y les hacemos nuestras víctimas.
Vuelto a insistir, no estoy hablado del sexo en
sí, ni estoy dando una valoración moral al acto sexual, ni estoy hablando de
ningún pecado aquí, solo estoy hablando del respeto, el autocontrol y la
consideración que deberíamos tener respecto a los derechos y libertades
sexuales de los demás.
Seas un individuo o una institución, si las decisiones
que tomas, sólo tienen en consideración el tamaño, las preocupaciones y
necesidades de tu falo, (individual o institucional), sin contar con la otra
parte, lo único que harías será producir dolor a tu alrededor.
Estoy pensando aquí en todos los que violan: reeduquen
el tamaño de sus falos mentales.
Pienso en todos los que practican la mutilación
genital femenina en nombre de una religión o alguna creencia que sólo piensa en
el hombre y sus necesidades y no en el daño y repercusiones que tiene sobre las
niñas y mujeres: eduquen sus falos culturales y religiosas.
Pienso en todos los hombres en lugares de poder
y autoridad: en familias, escuelas, iglesias, religiones, tradiciones,
Hollywood, industria musical, círculos de investigación científica,
editoriales, que han puesto su falo por delante, tan grande que han perdido de
vista a sus víctimas: despierten, aguanten sus ganas; os equivoquéis; tenemos
talento, tenemos mérito propio, tenemos dignidad, tenemos voz, y “sus falos” no
pintan nada en todo esto.
Pienso en los hombres y mujeres que teniendo
como única preocupación el sexo, la rivalidad sexual o los celos, (la peligrosa
rivalidad entre el falo y “los santos ovarios”), han abandonado a sus niños y
familias a sufrir terriblemente, aportando falsas acusaciones contra sus
parejas, algunos incluso han llegado al extremo de asesinar con alevosía y el
ensañamiento, a sus niños y a sus parejas, solo pensando en el tamaño de sus entrepiernas
y no en sus víctimas.
En definitiva, el tamaño que le das a lo que
tienes en tu mente sobre tu falo y entrepiernas, el auto concepto, de tu imagen
y persona sexuada en relación con los demás, es importante. Creo que eso es un
problema social, un problema de modelos, un problema de valores consciente e
inconscientemente transmitidos, un problema de comunicación social y en las
redes, en definitiva, es un problema de educación. Aviso al navegante.
Reduzca el tamaño de tu ego, aumenta el
foco de tu zoom, piense en los demás, libere tus manos parar ayudar, libere tu
mente para ser más consciente, tu corazón para sentir, libere a tus víctimas.
El tamaño de tu falo mental no solo importa, puede llegar a ser un problema,
puede convertirte en un terrorista sexual, un peligro público.
En estos casos, el tamaño, sí, no solo importa, sino
que es inquietantemente preocupante. Aviso al navegante.
Jude TV King
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