Paz para Nuestros Tiempos


 

¿Qué dirá Winston Churchill  hoy sobre la guerra y la paz?

 Queridos compatriotas y  pueblos del mundo, levantémonos como un solo hombre y con una sola voz solemne, digamos NO a la Guerra.  Condenamos todo acto de violencia y barbarie en nombre de la guerra. 

Hace 77 años, nos prometimos a nosotros mismos que “NUNCA MÁS” la humanidad conocería los estragos de la guerra, pero aquí estamos hoy en guerra y con el mundo entero al borde de un desastre aún mayor, un desastre nuclear. 

¿A caso hemos perdido el juicio?  ¿Tan pronto hemos olvidado  lo que tuvimos que sufrir?  Pensé que habíamos aprendido la lección de que si la raza humana desea tener un período prolongado e indefinido de prosperidad, solo tiene que comportarse de manera pacífica y servicial entre sí.  ¿Cómo es que hemos llegado a esto de nuevo?  La respuesta es simple, codicia, la codicia de uno y codicia de todos.  Parece que no hemos entendido que nos ganamos la vida con lo que recibimos, pero hacemos una vida con lo que damos.

Pues, así como se necesitan dos para el tango, se necesitan dos para la guerra.  Y si estamos en guerra, significa que dos grandes mentes maravillosas, como mínimo, en pleno siglo 21, cuando la humanidad ha ido y regresado de la luna, ha conquistado el espacio y hace que las máquinas hablen, no han conseguido hablar el uno al otro desde el corazón.  Qué paradoja de posibilidades y capacidades!

 En mi opinión el sinónimo de guerra es fracaso.  Ya sé que me diréis que en tiempos de guerra, la verdad es tan preciosa que tiene que ser protegida por un batallón de mentiras. Pero dejemos de engañarnos para calmar nuestras conciencias, todos hemos fracasado.  Una vez que nos encontramos en guerra, no hay buenos ni malos, solo hay víctimas.  Porque no existe una guerra justa, todas las guerras no solo son actos evitables sino actos innecesarios de gran injusticia contra los pobres.

He aprendido que la guerra es un catálogo de errores garrafales, tropezamos de uno a otro en el momento en que dejamos de escucharnos y abandonamos la mesa de negociaciones, porque, siempre es mejor charlar que guerrear».  Cuando vemos las consecuencias de la guerra, nos damos cuenta de la importancia de cosas tan sencillas como es hablar y escuchar. La valentía es lo que se necesita para ponerse de pie y hablar: valentía es también lo que se necesita para sentarse y escuchar.  Y escuchar significa luchar para que ambos bandos ganen.  Esa es la única pelea correcta que puedes ganar con seguridad.  Y... si no luchas por lo correcto cuando puedes ganar fácilmente sin derramamiento de sangre;  si no luchas cuando la victoria es segura y no demasiado costosa;  puede llegar al momento en que tendrás que luchar con todas las probabilidades en tu contra y solo una posibilidad precaria de supervivencia.  Puede haber un destino aún peor, puede que tengas que luchar cuando no hay esperanza de victoria...

 Y créanme que esto es cierto y todo lo demás sobre la guerra es una ilusión.  La única verdad sobre la guerra es que sabes cuándo comienza, pero nunca sabes cuándo terminará.  Así que termine la guerra antes de que comience, porque todos los demás cálculos de guerra son inútiles. 

 

Y si me pides un consejo, te diría, nunca confíes solo en tu fuerza para ganar una guerra antes de que comience y nunca subestimes a tu enemigo en la guerra antes de que termine.  Por encima de todo, nunca, nunca, nunca creas que una guerra será tranquila y fácil, o que cualquiera que se embarque en ese extraño viaje pueda medir las mareas y los huracanes que encontrará.  Y ten cuidado, cualquier hombre de estado que ceda a la fiebre de la guerra debe darse cuenta de que una vez que se ha dado la señal, ya no es el amo de las políticas sino el esclavo de eventos imprevisibles e incontrolables.

 Aun así, por vasta y temible que se haya vuelto la escena humana, el contacto personal de las personas adecuadas, en los lugares adecuados, en el momento adecuado, puede desempeñar un papel importante y valioso en la causa de la paz que está en nuestros corazones.

 Para terminar, permítanme decir que aunque no nos es dado escudriñar los misterios del futuro, confieso mi esperanza y fe, segura e inviolable, de que en los días venideros, la gente de Occidente y la gente  del Este, el pueblo del Norte y el Pueblo del Sur, por su propia seguridad y por el bien de todos caminarán juntos uno al lado del otro en majestad, en justicia y en paz.

 No tenemos otras opciones, no hay una segunda vía.

 Jude TV King

Hecho a base de diferentes citas de Winston Churchill.

 03/04/2022

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