El Jaque Mate de Un Virus. (La Casa de Papel 1: cuidado, hay un spoiler)
"La Casa de Papel" es una de estas series de Netflix que nos han ayudado a sobrevivir en confinamiento y en toda la lacra que ha supuesto esta pandemia. Da la casualidad que la última entrega casi coincide con la aparición de la nueva cara del bichoraro, Ómicron y sin exagerar, podemos decir que la Casa de Papel se ha hecho tan viral como omicron. Lo que nos lleva a observar esta pandemia desde la ventana de nuestra Casa de Papel.En el atraco del Banco de España, de La Casa de Papel, en la escena final, oímos al profesor decir a Tamallo: " Soy ladrón, hijo de ladrón, hermano de ladrón y espero ser un día padre de ladrón". Dicho de otra manera Coronel, que esto más que una tradición familiar, lo llevamos en el ADN y no te hagas ilusiones de querer combatir o cambiarnos... porque hasta mis hijos no nacidos, van a ser iguales y todos los que entren en contacto con mi familia se contagian: pregúntaselo a Mónica o a las inspectoras Raquel Murillo y Alicia Sierra.
Pues, es su manera de recordar al señor Tamayo aquello de, "eso es un atraco". Solo que en este caso, el que tiene armas es el anfitrión. Entonces, en vez del tradicional, "manos arriba, esto es un atraco", les prestamos estas palabras, "bajen las armas, y bájense también los pantalones, porque os tenemos cogidos por los huevos". Aun así, como somos "Los Robinhoods", os ofrecemos un poco de vaselina, una salida digna, si queréis ser héroes, colaborad con este atraco popular y "benéfico".
El paralelismo entre el atraco al Banco de España en la Casa de Papel, y lo que vivimos en esta pandemia es evidente: que el virus es real, Creo que hasta Los negacionistas ya no lo niega, pero que todo el revuelo montado alrededor del virus está siendo un atraco Al pueblo en Vivo y en directo, también queda retratado.
El virus son los atracadores, el pueblo es el Oro, Pfizer y Moderna y las grandes farmacéuticas son los soldados , Tamayo, representa el gobierno y las grandes instituciones, son los ladrones del estado.
Los trabajadores, las empresas, los autónomos y los sanitarios son los rehenes; algunos colaboran como voluntarios y otros, obligados por ambos bandos, colaboran más de lo que les gustaría.
Hay dos tipos de rehenes, de un lado, el oro, (o el pueblo), en su gran mayoría, sumiso y a la merced del que saldrá como ganador del atraco. Y de otro lado, hay rehenes activos y colaboradores, tipo Arturo, héroe anti vacuna, y Mónica, heroína porque se deja "inocular " el virus, sin rechistar y lucha contra el Mal, incluso en contra de su familia y viejos amores.
El gran dilema en La Casa de Papel, o lo que es al mismo tiempo su fuerza y clave de su éxito, es cómo hacer que algo malo parezca bueno y atractivo para el pueblo.
Los dos bandos no quieren reconocer claramente que esto es un atraco, y que a cada bando solo le interesa el botín, y no el pueblo. Unos creen que es su naturaleza y por consiguiente su derecho robar. Los otros no tienen escrúpulos para aprovechar la situación, incluso agravarla para sacar provecho. Pero al mismo tiempo, cada bando quiere el papel del buen ladrón, el ladrón de cara bonita y amable.
El pueblo somos los rehenes y encima, nuestros captores quieren nuestra aprobación, nos obligan a elegir bandos. El pueblo tiene que elegir entre estos dos bandos de ladrones, ¿quién es el buen ladrón que quiero que me robe buenamente y amablemente?
Aceptamos que Pfizer y Moderna y las grandes farmacéuticas y los estados ricos son ladrones que nos quieren salvar, haciendo caja, claro está.
Pero con el profesor, la cabecilla de los atracadores (el virus), decimos a los estados dirigentes del mundo, los ladrones anfitriones, con estas palabras tan reveladoras: " el oro está fuera, en movimiento, acéptalo, este es un jaque mate, o tú ganas y yo gano o perdemos todos". Claramente, hemos intercambiado los papeles.
El gran dilema en La Casa de Papel, o lo que es al mismo tiempo su fuerza y clave de su éxito, es cómo hacer que algo malo parezca bueno y atractivo para el pueblo.
Los dos bandos no quieren reconocer claramente que esto es un atraco, y que a cada bando solo le interesa el botín, y no el pueblo. Unos creen que es su naturaleza y por consiguiente su derecho robar. Los otros no tienen escrúpulos para aprovechar la situación, incluso agravarla para sacar provecho. Pero al mismo tiempo, cada bando quiere el papel del buen ladrón, el ladrón de cara bonita y amable.
El pueblo somos los rehenes y encima, nuestros captores quieren nuestra aprobación, nos obligan a elegir bandos. El pueblo tiene que elegir entre estos dos bandos de ladrones, ¿quién es el buen ladrón que quiero que me robe buenamente y amablemente?
Aceptamos que Pfizer y Moderna y las grandes farmacéuticas y los estados ricos son ladrones que nos quieren salvar, haciendo caja, claro está.
Pero con el profesor, la cabecilla de los atracadores (el virus), decimos a los estados dirigentes del mundo, los ladrones anfitriones, con estas palabras tan reveladoras: " el oro está fuera, en movimiento, acéptalo, este es un jaque mate, o tú ganas y yo gano o perdemos todos". Claramente, hemos intercambiado los papeles.
En esta pandemia o nos salvamos todos, o nos perdemos todos, porque el pueblo y el virus están ahí fuera y en movimiento y no solo en Europa, en nuestra burbuja. O buscamos salvar a todos, o nos perdemos todos.
¿Por qué Tamayo fracasa en todos sus intentos contra los atracadores?
El Coronel Luis, fracasa una y otra vez, no solo porque la cabecilla del atraco está fuera del banco y le adelanta en cada paso, sino también y sobre todo, porque Tamayo tiene un ego, y unos intereses personales más grandes que él mismo y que le bloquean para poder escuchar y ver el cuadro completo. El ego, el egoísmo es el pozo, ahí nos vamos a enterrar todos vivos, si no levantamos los ojos para ver que no somos los únicos en el planeta.
¿Por qué lo digo?
Os cuento una experiencia personal, reciente y real.
El otro día, estuve con mi hijo en un centro de salud. Después de examinar al niño, estuvimos a punto de irnos a casa y salió, cómo no, el tema de las vacunas. Un médico joven dijo que le sobraban dos dosis, una de Pfizer y la otra de Moderna...pues ofrecía a mi mujer tomar su tercera dosis, si no lo hubiera hecho. Pero mi mujer dijo que ya la tenía puesta.
Enseguida saltó una enfermera relativamente joven también, y dijo, yo también tengo puesta la tercera pero si me ofreces la cuarta, me apunto. El médico, muy majete dijo que no, por ahora a la enfermera.
Entonces me llamaron, ¿no quieres la tercera dosis? No queremos tirarla.
Les contesté, he pasado la enfermedad, me he puesto una dosis de la Moderna y no quiero otra todavía, porque tengo a gente que aun necesita ponerse la primera dosis.
Abrieron los ojos, les dije, no soy anti vacuna, pero no me voy a sumar a la histeria de las vacunas que solo salvan vidas en occidente.
Os pongo un poco en contexto. Yo soy español, negro, con raíces africanas. Mi mujer no tiene los ocho apellidos madrileños pero es española y blanca.
Mi abuela tiene 101 años sin vacuna, mi madre tiene 76 años, sin ninguna dosis de las vacunas, mis hermanos y hermanas, 6 en total en África,
más jóvenes que yo, ninguno ha visto por dónde pasa ni la primera dosis de las vacunas existentes. Y aquí estoy, en el mundo de los privilegiados, a punto de ponerme la segunda y la tercera, si quisiera.
Pues, que quieres que te diga, si toda mi familia va a morir por falta de vacunas, no quiero vivir "feliz" y solo, vamos a morir felizmente juntos y ya está.
Lo malo es, y ahí está el jaque mate, que los pobres sin vacunas en África no mueren tan rápido como se esperaba que murieran.
Sin embargo, cada dos por tres, sueltan una variante del virus que no se queda ahí sino que viaja rápidamente y hace su nido y sus estragos en occidente.
Pues, si queremos salvarnos, salvamos a todos, si no, nadie saldrá de esto, incluso después de 33 dosis, vamos a seguir aquí, es un Jaque Mate del virus; o todos o nadie.
COVAX nos ha mentido pero el virus no miente. O somos un mundo globalizado y solidario en toda la extensión de la palabra o pereceremos en virtud misma de la globalización. Esta pandemia es solo una advertencia. ¡O todos o nadie!
Jude TV King.
Jude TV King.
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